Nació en un lejano 10 de Noviembre de 1928 y creció en el seno de una familia de clase media afincada en el barrio bohemio del Trastevere, hijo primogénito de Libera, ama de casa y costurera, y Mario, trompetista profesional, tuvo cinco hermanos, y pasó su infancia sin penurias, pero también sin lujos, donde el sustento lo proveía únicamente de su padre, hasta que la madre probó fortuna trabajando en una tienda de ropa.
Niño prodigio, sus dotes musicales le permitieron aprender rápidamente a tocar la trompeta, con el apoyo incondicional de su padre. A los 6 años ya interpretaba sus propias obras, demostrando un talento natural para inventar melodías nuevas.
Más tarde, en el colegio se hizo amigo de un niño que iba tener mucho que ver en su vida profesional: un tal Sergio Leone que, al igual que Ennio, estaba destinado a seguir la profesión de su padre, Vincenzo Leone, director de cine mudo que firmaba como Roberto Roberti. Sergio dirigiría célebres spaghetti westerns, para los que su amigo Ennio crearía melodías inolvidables.
Todo hacía pensar que su formación lo llevaría a recalar para siempre en los círculos artísticos de la música clásica, pero en 1954, un acontecimiento lo impactó de tal manera que cambiaría su vida profesional. Durante la proyección de La túnica sagrada, descubrió la imponente partitura de Alfred Newman, y ahí despertó su interés por la música de cine.
Había nacido Ennio Morricone, compositor de más de 500 películas…
Repasamos algunas de sus más grandes obras…
Doctor Osorio, Lola Delgado, Juanbu Salado, Cristina Candela, Jaime Noguera, Manolo del Pryca
Sección Cortos de Metraje: Y la Muerte lo seguía – Ángel Gomez